12 mayo, 2008




Con todo el dolor del mundo, tengo que decir que Benedetti tenía razón: en el fondo, el olvido es un gran simulacro repleto de fantasmas.

Y así a veces los fantasmas vuelven y nos retoman, envueltos en sus sábanas guiñolescas para hacernos formar parte de algo que sólo puede definirse como un chiste, un baile, una representación. El pasado se me agarra al cuello, me echa en cara cosas a veces, me da besos otras. No entiendo como hay quien pretende olvidar algo de modo absoluto. A lo más que se puede llegar es a confiar en que el pasado no va a hacer su trabajo y rezar por que no vuelva. Pero eso es mucho rezar. Porque siempre vuelve.

Y puede que nosotros hayamos acabado con el pasado, pero el pasado aún no ha acabado con nosotros.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

primero cintas y luego lamentaciones sobre fantasmas
cortate el pelo o algo, renuevate.
me gusta la cancion de la cinta
(ese invento donde a los pocos años la musica se oia como el culo)

Anónimo dijo...

yo una vez pretendí olvidar algo de forma absoluta y no sólo fracasé en mi intento, si no que se tornó completamente "contraproducente". la explicación, desde mi modesta experiencia empírica, es que el pasado no vuelve a nosotros porque no hayamos superado un trauma en concreto, si no porque algo que debió ocurrir, no lo hizo y si eso nos duele es porque nos hace sentir culpables y la culpa se circunscribe al invididuo, al "yo" y no al "ellos". cuando el pasado devuelve a tu cotidianidad algo que permanece incompleto, sólo existe una forma de afrontarlo: no mediante el autoengaño (que es la vía fácil), si no a través de su resolución (que es mil más difícil). el problema: ajustarse a la adecuación de la situación y aquí, la solución ni es simple ni es bonita, si no que pasa por ser inteligente (emocionalmente hablando). y siempre, para actuar de forma inteligente, hay que ser jodidamente fuerte.




en realidad, todo esto ya lo resumió de forma más acertada (y hace más de una década) jeff glodblum en "parque jurásico" cuando afirmaba que

la vida se abre camino.

Anónimo dijo...

ACCIONISMO VIENÉS!!!!

las cosas nunca se olvidan, por eso en el fondo todo el mundo es, a pesar de la felicidad, infeliz. para ser una gran persona, jamás, repito, jamás, hay que olvidar ni enclaustrar absolutamente nada de lo que te ha pasado en la vida. y si se presenta el pasado oscuro en toda tu cara, le escupes sangre y le dices "que te jodan"