28 marzo, 2008

Publicidad/Putricidad


Fig. 1: Betty la fea (versión británica) en un llamativo ejemplo de publicidad y... estooo... ¿Land art?


Hablemos de publicidad.


Fig. 2: Pues eso, 'Nicotinell', para los calvos que parecen autobuses.

Sabido es por los escasos asiduos de este pozo de sabiduría (jaja) conocido como "yepejulepe", que no tengo reparos en hacer eventuales concesiones a la publicidad. De hecho acabo de añadir abajo del todo una tele que anuncia mi producto, uséase, este blog. Y no sólo eso, sino que anteriormente me he "vendido" colgando cosillas de otras marcas, eso sí, auspiciadas generalmente por cualidades tales como la originalidad o la llamatividad, o en el mejor de los casos, por nombres como el de Michel Gondry. Vamos, que he puesto algún que otro anuncio aquí, incluido el del 'anticristo' Coca-Cola, icono del capitalismo, del mal aliento y de los problemas de gases al que, por cierto, soy adicto.

En cualquier caso, y dejando al margen mis problemas personales, debo decir que distingo claramente dos tipos de publicidad. De ahí el nombre de este epígrafe, Publicidad/Putricidad, que alude precisamente a estos dos subgéneros dentro del mercado de las publicidades. En primer lugar, hablemos de la putricidad, que es la más asquerosilla y por tanto hay que quitársela de encima cuanto antes. Entendemos por 'putricidad', según el Doctor Arístide Pescaleches (al que, por supuesto, me acabo de inventar), todo aquello que, además de apestar por el mero hecho de contener un mensaje de propaganda consumista, tiene una pestilencia extra. Dicha pestilencia puede provenir, fundamentalmente, de tres características, cualquiera de las cuales convierte a un anuncio inmediatamente en pútrido:

(Del lat. putrĭdus).

1. adj. Podrido, corrompido.

2. adj. Acompañado de putrefacción.


Según el diccionario de la R.A.E., hala. Cualquiera de las dos acepciones nos vale.

Y volviendo al tema de las tres características de la pestilencia, ¿De qué tres características estamos hablando, amado lector de julepes?

1. Anuncios dietéticos (sin gracia ninguna). Ejemplo:



Lo peor son estos que encima de no tener gracia, se creen que la tienen. Generalmente estos anuncios suelen estar protagonizados por figuras eminentes de los deportes. A menudo el consumo de esteroides derrite la mente, por lo que parece.

2.Anuncios sexistas, racistas o fascistas. Ejemplo:




(No obstante, doy el visto bueno a algunos anuncios sexistas con gracia como los que siguen)


Fig. 3: Axe suele ser de los sexistas graciosillos. Se pasan de sexistas bastante a menudo (no es el caso), pero como son chistes, jijí, jajá, y aquí no ha pasado nada.



Fig. 4: Mangas verdes.


Fig. 5: Mangas de avasallador.

3.Anuncios decididamente asquerosos. Ejemplo:



No comentaré nada sobre este último. Creo que habla por sí mismo.

Y una vez aclarado el concepto de putricidad, pasemos a lo que viene siendo publicidad.


Fig. 6: ¿No querías fútbol? Pues toma fútbol.

Bien, señores, señoras y entes con ojos, ¿Qué es para mí publicidad, strictu sensu? Pues publicidad es aquel género de "divulgación de anuncios de carácter comercial" (calcado del diccionario) que, además de no ofender, hasta tiene gracia, y que incluso puede considerarse como arte. Sí, señora, ha leído bien, arte. Una forma artística mercenaria pero artística al fin y al cabo. En homenaje a esta (escasa pero) hermosa forma de envolver un producto, dejaré aquí dos piezas especialmente bellas. Fueron emitidas la semana pasada en mi programa de televisión preferido, metrópolis.

Primeramente, el tremendo anuncio de Orange.
La versión que yo vi tenía música de Devendra Banhart, pero no la tienen en youtube. En cualquier caso, el anuncio no deja de ser muy bonito, en mi opinión, y bastante ingenioso.



Aquí tenéis una pequeña muestra de cómo se hizo, para que veáis que no todo en la era digital es ordenador y cromas y cositas de estas.



Por cierto, el tipo que lo rodó se llama Fréderic Planchon, pero si os habéis fijado, en el pequeño making off dicen "acción". No sé si es que lo grabaron es España o qué.

En segundo lugar, otro anuncio, este con
esmerado trabajo de animación stop motion y maquinaria.
Anuncio para la compañía Big Yellow, dirigido por un tal Dougal Wilson, realizador asimismo de unos cuantos videoclips bastante majos.





Y un cómo se hizo un poco más sustancioso que el anterior (tres minutos y medio).





Y poco más. Hasta aquí mi especial publicitario, dedicado con cariño al "publicista loco". Os dejo con un par de imágenes curiosas más. Si no os han gustado los anuncios, comentad. Si os han gustado, comentad. Gracias y hasta la siguiente.


Fig. 7: Sobando en pan blando.



Fig. 8: No muerdas la mano que te alimenta.

26 marzo, 2008

¡Yepejulepe!



Al grito furioso de los julepes, vuelvo aquí para pregonar mi propia religión: el optimismo, religión compartida por millones de agradecidos creyentes. Con un yepe por bandera, atravesaremos los océanos y exploraremos los continentes y bla, bla, bla. Sí, señores, ya sé que dije que internet es una trampa emocional, pero también es una... ehm... lo contrario de una trampa. No sé, una ayuda emocional.
Y "yepejulepe" vuelve porque no me quiero marchar de esta mi casa, porque me aburre la indolencia y el autoflagelo que he estado utilizando últimamente. Y mi objetivo es hacer un nuevo yepe y un nuevo julepe, donde tengan cabida todas las lágrimas y sonrisas de mi pequeño mundo: un diario críptico poblado de las cosas que más me gustan. Un grito reinventado de euforia, más o menos fuerte, todo según el día.

Y vuelve porque no quiero crecer, como el otro Miguel, el de la novela de J.M. Barrie.

Pero fundamentalmente, vuelve para que podáis ver los dibujos que mis sueños hacen en los espacios blancos (Se aceptan comentarios insidiosos por este tipo de mariconadas).

Video: Kama Aina, Glasgow Sky