30 enero, 2009

Juan Martín, Nicolás Draco y el sufrimiento









El jueves pasado murió John Martyn. Para cuando lo hizo yo había escuchado sus discos muy poco, la verdad. De hecho, no creo que hubiese escuchado ninguno entero... Algunas canciones sueltas sí recuerdo haber escuchado.

El caso es que un tipo en la radio puso una canción suya y pensé "diablos, este tipo tiene swing". Presto, acudí el internel en busca de sus discos y hallé algunos de ellos que he estado escuchando estos dos últimos días de forma esporádica.

Mi sorpresa por descubrir a este tipo (famoso ya por ser uno de los estandartes del folk-pop británico junto con Nick Drake, Sandy Denny, o Richard Thompson, entre otros)me ha hecho y buscar algo sobre la vida de este tipo en la red cibernética que es hogar del yepe y del julepe.

Resulta que John y Nick Drake eran amigos. Me llama la atención, porque descubro ciertos paralelismos en sus respectivos estilos: un cierto toque céltico, un melancólico lirismo y un tono de sabiduría antigua... un algo que se repite en ambos casos. Aunque ni mucho menos hay en la música del primero un tono tan patentemente triste como en la del segundo, hay un nosequé contemplativo.



Cuando estaba en el instituto, cierto profesor mío (uno de lengua y literatura, que parecía una especie de siniestro procurador medieval), nos dió, con su voz cavernosa, lo que él consideraba una lección filosófica irreprochable:

-La vida-dijo-os dará más motivos para llorar que para reír.

Naturalmente, a mí, que era en aquel entonces más tierno que una brioche, aquellas palabras me hicieron mella.



Yo, que por aquel entonces pensaba que la vida sin problemas no era divertida.



Desde entonces no he hecho más que pensar, a la mínima ocasión "¿Estaba en lo cierto aquel mamoncete?". Ese tipo era convincente... tenía cierta facilidad para darle a su discurso peso, contundencia. Finalmente, llegué a la conclusión de que efectivamente, su afirmación daba en el clavo. Lo que había dicho era completamente cierto... desde su punto de vista.



Lo que a simple vista son motivos para llorar, muy a menudo se puede convertir en motivos para reír. Obviamente si se te muere un pariente no te vas a descojonar... pero la mayor parte de las cosas merecen (y permiten) un alivio cómico. La desgracia no se llama así porque no pueda uno reírse...(aunque sea así en alguna de sus acepciones) se llama así, supongo, porque no es de agradecer.



Hay personas que tienden a caer en la melancolía (yo mismo, a veces, me pongo de un Baudelaire que no me aguanto). En la mayor parte de las ocasiones, pienso que lo que es óptimo es asustar al drama por medio de la risa. Exorcizarlo.



No obstante, existe otra actitud, no menos honorable, que ocupa una posición diametralmente opuesta. Donde la comedia cierra heridas, el drama las hace hermosas. Y es así que existen personas capaces de hacer algo bello y tristísimo de los muchos motivos para llorar que encuentran en sus vidas... A esta categoría pertenecen Strindberg (que no Helium), Gus Van Sant o Bon Iver, entre otros muchísimos.



La cuestión de si Ian David McGeachy (nombre real de John Martyn) y Nicholas Rodney Drake fueron o no desgraciados está fuera de toda duda. Fueron desgraciados porque la desgracia les asedió (el uno por el fracaso de su matrimonio, el otro por el de su música, ambos con un frágil equilibrio psíquico destruido por la adversidad), pero supieron hacer de ella una des-gracia hermosa, unas cuantas canciones sobrenaturalmente bellas y singulares. Supieron hacer del "yo sufro más que tú" mucho más que simple victimismo.

Y ahí, precisamente, es donde tienen la gracia.



Os dejo un regalito aquí.

fiebre castor


En la línea de la promoción castoril que este blog ha adoptado en los últimos dos días, he aquí este magnífico anuncio cortesía de mariña. Probablemente ya lo habréis visto, pero yo no lo había hecho hasta ahora y me ha hecho mucha gracia. Sobre todo la sintonía de fondo... No pierdan detalle.


29 enero, 2009

francisco fernando (y fracasos académicos)




Hola, querubines de pitiminí.

Etapa de máximo estrés: obra de teatro, exámenes (a los que no me presento... la vida académica no es lo mío). Las cosas me muerden como si estuviesen dispuestas a tragarme, pero después de zarandearme un rato, me sueltan.

Esta vez, también, voy a sobrevivir (jodeos, archienemigos).





Por cierto, el disco de Francisco Fernando (por fin lo escuché) es el peor de los tres... Sólo he tenido tiempo de escucharlo una vez y por encima, pero tiene bastantes defectos, por lo que me pareció. Particularmente un intempestivo uso de los sintetizadores (a veces directamente cargante, como en el final de "Lucid dreams") y una simplificación melódica que en muchas ocasiones obvia la magnificencia guitarrera de aquellos punteos primigenios (ese primer disco magno que quedará en mi memoria en un hueco tan entrañable como el caldo de mamá). No obstante todo esto que he dicho, esa canción que he puesto ahí me encanta, y el single me gusta (aunque no me gustaba las primeras veces que lo escuché), gracias quizá al magnífico vídeo que lo acompaña.Hételo aquí:





Si queréis descargar el disco y juzgar por vosotros mismos, haced clic aquí.


A pesar de todo, tiene virtudes como una ambientación nocturna un tanto sordidilla. Y el batería sigue molando más que nadie (Véasele en la foto, donde rezuma ese aire castizo que hace del grupo Paco Fernando un adalid de la españolidad más bailonga). Su carencia de piños resulta carismática, por no hablar de su pertenencia a esta estupenda formación con el magno nombre "Correcto":



her morning elegance

Quiero pasar la vida en la cama contigo.


17 enero, 2009

Hoy: Strindberg and Helium


Como véis, he decidido cambiar el logo de "yepejulepe" por uno sospechosamente parecido al de radio gladys. La fuente setentera me gusta y le da a este lugar una elegancia que ya la quisiera para sí Juanita Reina.

Pues resulta que buscando videos de obras de Strindberg, el dramaturgo sueco depresivo de principios del siglo pasado, mi amiga Ceci se encontró con esta tremenda chorrada. Que la disfruteis.












16 enero, 2009


¡Hey, amigos!


Hoy es un buen día para esta racha helada.


Hoy hace, "tan sólo" ocho grados de frío. Por lo menos a estas horas. Lo que quiere decir que durante el resto del día tampoco hará tanto frío como anteriormente, y puede (y esto lo digo santiguándome a la manera atea, es decir, cruzando los dedos) que suban las temperaturas.


Y esta hipotética subida de temperaturas me anima a promocionar a Gladys. Agárrense al portaequipajes de los ritmos latinos y déjense llevar por la camioneta colorista de la pachanga elegante y el salseo pertinaz.


¡¡¡Gladys!!!




12 enero, 2009

los ojos azules de la muñeca rota (1973)

Paul Naschy, metiendo tripa y sacando sex appeal.





Muy buenas, chiquirritines.

Pues resulta que ayer fui a la filmoteca a ver esta singular pieza cinematográfica.





El film en cuestión resultó ser un dechado de cutrerío tan autoparódico que tocaba el otro extremo y pasaba de ser una mala película a ser una obra maestra. Si alguno tiene la oportunidad, no dejéis de echarle un vistazo a este compendio filmado de chorradas hábilmente llevadas a un dramatismo cómico... Del splatter más casero al culebrón más truculento, supone un recorrido por las cimas de la emoción humana más primaria. Espectacular.





Destáquense:





-Paul Naschy cortando leña con las chichas al aire a modo de sex symbol.





-La matanza intempestiva de un cochinillo para darle más morbosidad al asunto.





-La música ultrasetentera de Juan Carlos Calderón, tan consuetudinaria al tiempo en que se hizo como inapropiada a un film de terror. Y magnífica, no obstante (véase a calpurnia y a mí cantándola al grabador del móvil a la salida del cine para que no se nos olvidara).





-El muestrario inefable de tetas y culos (un tipo por lo visto estaba machacándosela en plena sala, por lo cual una chica le reprendió estridentemente en pleno visionado, ante la carcajada general... Tal y como lo cuento).





-La aparición de dos secundarios de lujo: Pilar Bardem y (???!!) Luis Ciges como el salido del pueblo. Yo confundí a una de las protagonistas con Lucía Bosé pero por lo visto no lo era...





-Los efectos especiales, maquillaje y demás (por momentos brillantes, pero otras veces... ejem, ejem... en especial cuando la señora de la mano quemada decide airearla).





En fin... un buffet libre de virtudes estéticas que harán las delicias de grandes y chicos. Aquí dejo el trailer con la susodicha banda sonora. Bon appetit.










01 enero, 2009