LA INSOPORTABLE MALEABILIDAD DEL FLEQUILLO DE PEDROPA

Pedropa se miró al espejo un día más, explorado su flequillo con ojos de escrutinio escrotal: poco a poco se sumergió en el sueño de la gomina "giorgi". el sentido de su existencia se reducía en ese momento a los etéreos sueños de la fijación de pelo. Mechón a mechón, sus esperanzas se almidonaban en una pose que le permitiría sobrevivir un día más sin despeinarse, como los mejores tipos duros del cine, aquellos cuyo flequillo jamás deja de mostrarse firme y severo. Se miró a los ojos y se dijo: "mierda, no veo nada"