¿nunca habéis pensado en vuestras reacciones instantáneas cuando veis a una persona? y no me estoy refiriendo a una persona especial, como vuestro amante o vuestro vecino. me estoy refiriendo a un cualquiera; un cualquiera guapo, feo, alto, bajo, gordo... vuestra reacción inmediata. siempre hay algo: la sombra de un gesto, un vago reflejo de lo que pensáis. a veces no sé si lo que quiero es entender lo que hay detrás de ese algo o que nadie entienda lo que yo mismo reflejo. y es entonces cuando me doy cuenta de que no permito que los demás me conozcan. estoy solo, cada vez más solo. y en parte me gusta, pero en parte me mata.
8 comentarios:
Creo que eso puede ser una enfermedad bastante comúny sí...nos suele gustar la extrañasensación que produce,pero tambiénnos mata silenciosa y lentamente sin que lo apreciemos.
Yo intento esconderme cada vez más, así creo que nadie me conocerá, pero luego no puedo evitar desnudarme ante ciertas personas, y por desgracia no es un desnudo de estos de quedarse en pelotillas, físico... sino el otro, el que al final te duele cuanda pasa el tiempo y ves que no sirvió de nada, solo para que el otro se cerrase/tapase por completo...
Y la soledad es buena y el morir poco a poco depende de quien lo sienta, recuerda que eres un Werther y yo una Lisbon, solo digo eso... Bueno, eso y que Magritte es mi pintor favorito :)
La soledad se admira y desea cuando no se sufre, pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente.
Carmen Martín Gaite
pekeño julepe solitario en el horizonte se divisa y cuando consigues acercarte para darle calor te dice:
PATATA
Ahora el absurdo resulta ser un pretexto ideal para aplicar el calificativo de indolente. Las patatas, con calor se fríen.
me aburroooo
la soledad me acompaña puesto que nadie vendrá, tu por estar ya muy lejos y otros por quererlo estar... (stravaganzza)
la soledad está mucho más dentro de nosotros que en lo que nos rodea, es un estado más bien creado en nuestra mente, allá tu. yo estoy aquí.
Todo principio no es mas que una continuación, y el libro de los acontecimientos se encuentra siempre abierto a la mitad.
No podemos dejar de ser lo que no queremos: Una casualidad inconcebible y no alguien completamente diferente.
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