13 julio, 2009

ser y no saber nada


... y ser sin rumbo cierto."

Ya lo dijo el maestro Rubén Darío. Existir es tropezar, por cuanto es andar a ciegas. No sólo tropieza el hombre dos veces con la misma piedra, sino que tropieza todas las veces que haga falta. Nuestras mentes encontrarán más errores que aciertos, y por lo tanto están más hechas para el error que para ninguna otra cosa. Fallar y fallar y fallar, y volviendo a las citas obvias, "prueba otra vez, fracasa de nuevo, fracasa mejor".

El fracaso es el pan nuestro de cada día. Un pan rancio que siempre hay que comerse y al que se le termina por coger el gusto. Yo por ejemplo, he decidido volverlo a intentar. Volver a intentarlo todo, aun con pocas perspectivas de victoria. Cada día es una prueba, y la derrota viene asegurada desde antes incluso de sacar el pie de la cama. Porque incluso los triunfos son derrotas en la medida en que anulan otras posibilidades, y en el sentido en que no son otros triunfos.

Lo que está claro es que es imposible triunfar en todos. Tenemos que elegir, entre la niebla, y a veces acertaremos en elegir al menos un fracaso hermoso. Sentirnos bien en un fracaso.

12 julio, 2009

¿Parientes lejanos?

¿En qué medida esos señores que van por ahí tienen conmigo un vínculo cercano conmigo?

¿Quién sabe hasta que punto tenemos relación con personas que pensamos desconocidas?

El conocimiento, terrorificamente, sabe más de lo que sabemos nosotros. Si mi ADN apenas difiere del de una vaca y menos aún del de un mono, un tío cualquiera que pase por la calle tiene que ser prácticamente mi hermano gemelo... Pensando esta serie de estupideces llego a la conclusión de que nuestros peores enemigos podrían descender de las mismas personas que nosotros.

Me preocupa pensar demasiado, pero el hecho es que lo hago casi sin darme cuenta. He automatizado los pensamientos hasta el punto que no sé si yo podría ser ese tipo que va caminando por la acera de enfrente. Ese mismo tío que pasaba por el párrafo anterior. O quizá otro, que es el mismo.

Ayer por la noche, una persona que no conozco pero que seguramente tiene un ADN jodidamente igual al mío, me confundió con otro. Me dijo que ese otro era idéntico a mí. Al fin y al cabo, es una loteria: si hay tantas coincidencias genéticas entre unos y otros, lo lógico debe ser que de vez en cuando aparezca un yo en cualquier punto del planeta. Alguien tan idéntico a mí externamente que de no ser porque piensa diferente, se diría que es yo. O quizá alguien que coincida conmigo absolutamente en todo, y este escribiendo ahora mismo un blog muy parecido a este y reflexionando y pensando en su alter ego que soy yo... escalofriante...

Se me va la pinza.

En cualquier caso, lo interesante de todo esto será tratar de ser un individuo dentro de la absoluta falta de singularidad. Y la pretensión de lo contrario.



11 julio, 2009



Escribir ya no es nada especial.

Cuando veo a un escritor, veo a un tío normal.

Cuando veo a un tío normal, veo a un escritor.

Internet ha popularizado la literatura. si el ordenador personal, unido al video digital (o incluso al software de animación), nos convierte a todos en cineastas potenciales, el mismo aparato unificador de disciplinas se une a una red donde todos podemos ser cualquier cosa. Y lo primero que somos, para convertirnos en otros, es escritores.

Escritores porque el primer código empleado en este mundo virtual es la palabra escrita. Literatos porque todos utilizamos el vehículo para construir ficciones o para adornar realidades en una u otra medida (sea lo escrito bueno o malo). La frontera entre alta y baja cultura se rompe como ya lo hacía, de otra manera, en ese epicentro del siglo pasado que conocemos como la tele.

Hoy me pongo a escribir y no importa que sea un trabajo de clase, un relato, un diálogo, una entrada para un blog, una lista de la compra...

El acto de escribir se generaliza, se mezcla en lo cotidiano de tal forma que, para mí, ya no es "ponerse a escribir", es "seguir escribiendo". Ese momento ya no es tan especial como me parecía antes. Aunque por otra parte, se cae un mito, y eso siempre es bueno y necesario: nos obliga a ver lo ridículos que son nuestros grandes dioses. Además, la creatividad se dispara y cabe en cualquier sitio. Cada párrafo es un prospecto para la imposibilidad: vivo escribiendo y por el mismo medio vuelvo a nacer a cada palabra.

10 julio, 2009

el mundo al revés




La lógica apunta a que, si vales para algo, las cosas te serán más fáciles.

Sin embargo, la realidad es justamente al contrario.

Cuanto más valgas, y cuanto más te diferencies, más te putearán.

Ten cuidado. Puedes enseñarles tus entrañas a los demás...

...Pero la mayoría tratarán de arrancártelas